Sucesos
propicios o adversos,
surcan la corriente
del azar:
realidad enmarañada y caótica.
La
preocupación, siempre absoluta,
magnifica
el infortunio transitorio,
lo
convierte en universal.
Abstraerse,
compartimentar los avatares,
aciagos o faustos, relativizarlos.
Vivir en el estrecho presente,
único
punto en el que hacer pie…
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