jueves, 26 de junio de 2014

Miguel Oñate





Cuánta gente sola en la ciudad,
cuánto feminismo talibán,
cuánto hombre malvado, niños endiosados,
con demasiado poder y autoridad,
cuántas leyes con doble moral,
crisis del derecho y del deber,
crisis en el pecho,
crisis en el hombre y la mujer.

Corazones hijos de la oscuridad,
que no ven su fecha de caducidad,
huérfanos del viento y del movimiento,
huérfanos de modo de pensar.

Qué poco valor tiene el valor,
cuando la igualdad es tan desigual,
cuántas discusiones, por flacas razones,
crisis ética y crisis moral.

Crisis a la hora de informar,
crisis en la creatividad,
la palabra crisis, ha traído el terror al personal.

Los gobiernos piden solidaridad,
desempolvan el concepto austeridad,
con su patriarcal sinceridad,
para que las usen los demás.

Pero a veces es tan mágico el poder,
que a quien toca vuelve ciego y no lo ve,
crisis de cimientos, crisis de argumentos,
crisis en la forma de crecer.

Ahora sabe usted igual que yo,
que el cuento que cuenta esta canción,
no es un cuento nuevo, ni siquiera un cuento,
y lo hemos vivido ya los dos.

A los que aún pelean por la libertad,
a los que aún siguen luchando por la paz,
no los desestimen, ni los subestimen,
que en las crisis son expertos ya.

"Crisis"   http://www.youtube.com/watch?v=ni3T8jyQsGA






Miguel Oñate: su nombre seguramente será desconocido para la mayoría. Fue la voz de Asfalto en dos discos magistrales ("Más que una intención" y "Cronophobia")  editados en los años 80, la época dorada del grupo. A pesar de las más de tres décadas transcurridas, dichas grabaciones conservan plena vigencia y son objeto de culto para los aficionados. Abandonó la banda y ,desde entonces, su actividad se circunscribe a las actuaciones en pequeños locales. En los últimos años ha autoeditado sus canciones en tres cedés: "Muy personal" (2007) "Crisis y castigo" (2010) y "Acústico directo" (2013). Una voz con auténtica personalidad y unos textos plenos de contenido social,  son las señas de identidad de este músico legendario. 

domingo, 22 de junio de 2014

La lección de Quevedo



Versos clásicos que destilan clarividencia teñida de estoicismo, ciertos guiños existencialistas... A muchos pueden resultarles amargos y tristes, oscuros, incluso deprimentes. A mí me interesa más una lectura positiva; la que nos invita a una vida sin obsesiones estériles, evitando así quedar varados  en cuestiones secundarias que agoten nuestra energía y nos alejen de lo esencial. Cultivar la lucidez precisa para intentar comprender de qué va esto, antes de que sea demasiado tarde... 


Asumir la filosofía implícita en estas pocas líneas, y actuar en consecuencia, constituiría una revolución vital para todos aquellos que por diversos motivos se mantienen ajenos a estas reflexiones... 







¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!



¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.




Prevención para la vida y para la muerte

Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.

Ya su familia reformó el deseo
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.

Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.

A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.




Vivir es caminar breve jornada


Vivir es caminar breve jornada,
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada.

Nada que, siendo, es poco, y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida;
pues de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra animada.

Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega
tropezará en el mismo monumento.

Como el que, divertido, el mar navega,
y, sin moverse, vuela con el viento,
y antes que piense en acercarse llega.




Mi agradecimiento a Mar por cederme su dibujo del reloj de arena.

domingo, 15 de junio de 2014

Eutimia












Cerró   los  ojos, extendió los brazos  y  se   encaró hacía    el    norte, concentrándose durante unos instantes en normalizar su pulso. Realizó algunas inspiraciones profundas sintiendo como el aire tibio le expandía el pecho. A pesar de la distancia, quizá por pura sugestión, notó la brisa cargada de humedad y de aromas marinos.

Ajustó el volumen. Firefall interpretaba "Just Think". El tema "setentero"  de su álbum Luna Sea, sonaba con una calidad y una frescura de tintes irreales, saturando sus sentidos con las reminiscencias de una época irrepetible; voces perfectamente conjuntadas, precisión en la ejecución instrumental y una producción brillante, la transportaban a un tiempo de feliz despreocupación.






Comenzó a percibir  los primeros embates de las endorfinas, como un eco en la lejanía,  un cierto aflojamiento de los músculos. Se liberó de las zapatillas deportivas y se tumbó sobre unas rocas pulidas. Al cabo, en su ensoñación, le pareció que la piedra cedía y adoptaba la forma de su cuerpo. Se sentía plena, ligera, eufórica y, paradójicamente, serena...

Despertó. El sol le llegaba de través. Notó frío y se arrebujó en el polar, concediéndose unos instantes antes de retomar la realidad. 

Se incorporó, se calzó e inició el descenso mientras comenzaba a fantasear con la siguiente dosis...  Su línea de vida.





Línea de vida: sistema de protección que posibilita la realización del tránsito, permanencia o realización de trabajos en zonas donde existe riesgo de caídas desde altura.


Firefall: hace referencia al "espectáculo" instaurado en el valle de Yosemite (EE.UU.) entre los años 1872 y 1968 consistente en arrojar en las noches de verano brasas ardiendo desde Glacier Point, donde se ubicaba un hotel, hacia el valle, originando el efecto visual de una gran cascada de fuego. El fenómeno atraía multitudes. Finalmente  se suprimió por razones medioambientales.

jueves, 12 de junio de 2014

Bajo la sombra y el sueño















Verbena Francesa (Juan Ramón Jiménez)


Bajo la sombra y el sueño de la dormida arboleda
todo está lleno de luces, de respiros y de esencias.

Los labios vivos sonríen, los ojos májicos juegan
en el alegre bullicio del amor y de la fiesta.

Ya sabéis que mis pesares quieren quietudes serenas.
Vengo de dar un paseo por las solitarias sendas.

La noche es dulce y tranquila, noche fiel de primavera,
llena de suaves caricias y de olor de flores nuevas.

He sonreído en silencio, he hablado con mis estrellas
y la brisa me ha traído ecos de lejanas tierras.

He soñado entre canciones con quienes quizás me sueñan
y aún en mis ojos perdidos lágrimas de dicha tiemblan.

Miro y hablo mientras chillan los violines sus demencias
y, por no chocar, me río con amable indiferencia.

¡Todo tan lleno de luces! Y entre el gritar de la fiesta
no ven que mi alma y mi cuerpo, son cuerpo en pena, alma en pena.

(Burdeos, en torno a 1900)













Para ver si no se iba (Juan Ramón Jiménez)

Le he puesto una rosa fresca a la flauta melancólica:
cuando cante, cantará con música y con aroma.

Tendrá una voz de mujer, vacilante, arrulladora,
plata con llanto y sonrisa, miel de mirada y de boca.

(Y será cual si unos finos dedos jugasen con sombra
por los leves agujeros de la caña melodiosa).

¡Tonada que no sé yo, oída una tarde en a fronda;
tonada que fui a cojer y que huía entre las hojas!

Para ver si no se iba, la engañé con una rosa:
cuando llore, llorará con música y con aroma.


* májicos;  *cojer. Con esta ortografía en el original.


domingo, 8 de junio de 2014

Siete Picos











Las olas de niebla, impulsadas por el viento, barren la cubierta de Siete Picos, la medieval Sierra del Dragón, arrojando rociones que adoptan imposibles formas.  A babor se atisba durante unos instantes la vertiginosa y arriscada vertiente sur, con el inmenso valle que se desparrama salpicado de pequeñas praderas.
Por la banda de estribor,  bajo la Umbría,  los pinares se extienden hacia la línea del horizonte.







Las diaclasas, los tors, como sacos terreros perfectamente alineados, definen la sucesión de torres, a través de las cuales el laberinto pétreo nos muestra matices desconocidos, acentuados por la ausencia de los puntos de referencia habituales.





El paisaje subyugante absorbe nuestra atención, por lo que nos encomendamos a los satélites,  deidades tecnológicas que guían nuestros pasos, para dedicarnos con total confianza y entrega al mero disfrute, evitando desorientarnos en el caos rocoso.







Tras el descenso recorremos la base del macizo, donde dos poetas en ciernes han encontrado ocasión, en un gran árbol seco y solitario, para unos versos que nos arrancan una sonrisa y nos alegran el camino, y que bajo la forma de cartel, dirigido a los caminantes curiosos y observadores, han clavado en la corteza exangüe:


















En la Umbría de Siete Picos un pino
hermoso, descortezado y muy blanco,
gigante erguido, solo en el barranco,
muestra orgulloso su fatal destino.

A su lado no tiene algún vecino
que le guarde confiado su flanco,
del fuerte viento que le deja manco,
cuando sopla inclemente en torbellino.

Ayer me conmovió que tal hazaña,
enfrentándose a una fuerza tan brutal,
luchando sin descanso en la montaña,
quede oculta entre el bosque y su maraña.

Admiro, viejo luchador, que esfuerzo tal,
aúne la fuerza bruta y la maña.


La réplica de otro autor desconocido:







Del pino al poeta

Llamáis fatal destino al mío, poeta amigo,
y en parte lleváis razón,
ya que un día fui rey de estas laderas
y ahora me veo en mis horas postreras.

Pero no penéis por mí, genial rapsoda.
Fatal o feliz destino, según como se mire:
prefiero ser admirado desnudo y moribundo
en tan grandiosa vitrina
que haber sido transformado
en un hermoso mueble de cocina.

C.A. (octubre 2013)





Realmente, aplicando la mirada adecuada, en este mundo hay poco lugar para el aburrimiento...


martes, 3 de junio de 2014

Enrique de Mesa



[...]
     
         
Naciente sol en los neveros fulge;
son á su luz las torrenteras, fuego;
en el reir de los regatos locos
canta la vida. [...]













Entre los robles, temerosos huyen
potros salvajes; las hirsutas crines
flotan al aire, y en el aire vibra
fiero relincho. [...]

Luego, callada soledad, aromas,
tomillo en flor en las laderas agrias;
matas de brezo entre peñascos grises;
sed y fatiga. [...]





Bronco torrente entre los canchos muge,
los pinos muertos rebramando salta;
los piornales de la abrupta orilla
besa su espuma.[...]


                  Enrique de Mesa (1911)





(*) "á" y "reir" con esta ortografía en el original.