Existen otras formas de mirar, de constituir el mundo, territorios de horizontes diáfanos donde liberarse de la tediosa tiranía de la "realidad oficial", prescindir de lo irrelevante y buscar la vida que late en lo esencial:
Si quieres olvidar, si no te basta
con ahuyentar heridas y desprecios,
acuérdate del día en que un poema
te liberó del mundo y sus engaños.
(María Sanz)
Sólo quiero recordar de este verano
la mirada cómplice
de una vecina que tomaba el sol
desnuda y sonrió complacida
al darse cuenta de que la contemplaba,
y aquel instante fugaz, irrepetible,
de total quietud en que el mundo quedó
desierto de sí mismo y era un cristal
transparente y de nuevo compacto.
El verano no será otra cosa,
este verano, quiero decir, y si alguien me habla
de aquellas mil bagatelas inefables
que componen los días y las noches,
diré tranquilamente: - No me acuerdo.
(Miquel Martí i Pol)
Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
y eso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
"No les debo nada",
diría el amor
sobre este tema abierto.
(Wislawa Szymborska)