domingo, 20 de septiembre de 2015

Influjos





Estaba de pie, ligeramente apoyada sobre el respaldo de un banco de madera, dando la espalda al mar. El pelo de la joven aleteaba al compás de los pulsos del aire que, tributario del régimen costero de brisas, refrescaba la mañana. La casualidad la había convertido en espectadora  de la conversación que tenía lugar en una mesa del cercano chiringuito. Su atención había quedado cautivada, no por el contenido de la misma, que apenas le llegaba entrecortado por los sonidos del oleaje, sino por la figura de uno de los contertulios, una mujer muy mayor sentada de frente a ella.

La anciana se mostraba muy activa y sus intervenciones eran recibidas con notorias muestras de alborozo por el resto de sus acompañantes. Observando la escena con cierto detenimiento, resultaba patente la relativa incongruencia entre la avanzada edad de la mujer y sus ademanes, manifiestamente juveniles, si nos atenemos a lo que suele ser habitual. No se trataba de una de esas personas que, reacias a  la aceptación del envejecimiento inapelable, se visten de manera estrafalaria, adoptando una pose anacrónica en un patético esfuerzo por aparentar una impostada juventud. Su tono de voz era firme pero lejos de resultar tajante. Aderezaba su conversación con esporádicas sonrisas, enmarcadas en un amplio repertorio de gestos faciales que enfatizaban sus palabras, adornadas con suaves movimientos de sus manos  bellamente trazados.

Pensó que ante ella tenía una de las escasas oportunidades de contemplar la plenitud. Vida que en su decurso se manifestaba como si el pasado con sus inevitables heridas hubiera sido abolido, existencia centrada exclusivamente en degustar el ahora, ausente de cualquier inquietud por lo que vendrá después.

La joven sonrió levemente y reanudó su paseo reflexionando maravillada sobre la capacidad de los sucesos cotidianos para incidir en los estados de ánimo, incluso para alterar su curso.  Y en eso estaba, en aguzar su sensibilidad latente, en someterse a un programa de entrenamiento sistemático que le permitiera detectar el influjo positivo, captarlo y canalizarlo para alimentar su bienestar, contrarrestando así toda la oscuridad que cada día se nos viene encima sin pedirnos permiso...



sábado, 12 de septiembre de 2015

Nómadas

"Lo importante es transformar la pasión en carácter."

(Franz Kafka)






Espoleada por una ilusión que afilaba con constancia, había abrazado una existencia nómada a la que se entregaba con genuino fervor.

Los interludios se asimilaban al vertiginoso vacío de un tiempo plano y desvaído que la impelía a no detenerse.

Su naturaleza errante era, ante todo, una disposición mental,  se plasmara o no en acciones concretas, y en esa característica radicaba su potencia. Una esencia jalonada de palabras, melodías que transportaba el viento y paisajes perseguidos con denuedo.