martes, 25 de febrero de 2014

Jaume Morera i Galicia, pintor del Guadarrama



El pintor en  La Morcuera (1891)




El pintor Jaume Morera i Galicia (Lleida, 1854-Madrid, 1927), discípulo de Carlos de Haes, pertenece a una corriente paisajística partidaria de la experiencia directa del natural. A tal fin,  recorrió exhaustivamente la sierra madrileña a partir de 1890 plasmando con fidelidad en sus lienzos de la colección "Estudios del Guadarrama" la atmósfera de una montaña invernal y rigurosa, azotada por ventiscas, envuelta en niebla, cubierta de nieve... Captó la desolación, luminosidad y belleza de las cumbres serranas en todo su esplendor, valorando con sensibilidad la gama de grises ("En la Sierra de Guadarrama. Divagaciones y recuerdos de unos años de pintura entre nieves" - Jaume Morera i Galicia). Bajo la guía de Anselmo, lugareño de Miraflores, se adentró en emblemáticos parajes como La Najarra o los puertos de Canencia y Morcuera, acampando frecuentemente durante días en sus inmediaciones para desarrollar su trabajo, desafiando al frío y a las incomodidades propias de estos lugares (en la comarca lo conocían como "Don Jaime el de hierro" por su resistencia). Fue uno de los primeros divulgadores en nuestro entorno de la alta montaña y sus gentes como motivo pictórico.


Carbonera

Cabeza de Hierro


Fuente de Miraflores (1897)

Guadarrama (1891-1897)

Guadarrama

Guadarrama

Peñalara

Miraflores




Puerto de La Morcuera


Picos de La Najarra

Sierra de Guadarrama

Sierra de Guadarrama (cabaña)

Triste amanecer


Un corral en el Guadarrama

Valle de Chozas




La Morcuera (1895)
















jueves, 20 de febrero de 2014

El refugio Zabala (Peñalara)




¡Oh la delicia de las trochas duras,
cercano el hosco roquedal cimero,
cuando en las sienes, de sudor bañadas,
laten las venas!

                (...)

Y en la sillada del pinar tumbados,
mientras el golpe de los pulsos cede,
mirar el paso de las nubes blancas
sin pensamiento.
                (...)

Enrique de Mesa (1911)





A todos los que habitualmente disfrutamos de los caminos y paisajes de la  sierra de Guadarrama, la silueta del "Zabala" bajo el macizo de Peñalara, sobre la laguna, nos resulta entrañable y familiar, ejerce en nosotros un enorme influjo evocador. Este pequeño albergue fue inaugurado el 2 de octubre de 1927 como homenaje a José Fernández Zabala, pionero guadarramista vinculado desde su fundación a la Real Sociedad de Alpinismo Peñalara, fallecido en 1923. Las obras corrieron a cargo de Delgado Úbeda y se sufragaron mediante donaciones.






José Fernández Zabala fue una figura clave en la  divulgación del conocimiento de las cumbres peninsulares,  en especial las del Guadarrama. Tipógrafo de profesión, redactó manuales específicamente dirigidos al montañero, otros textos contenían descripciones de sus escaladas, pero también guías orientadas al excursionista o al viajero que se aproxima a las montañas buscando el disfrute del paisaje y el contacto con la naturaleza.  

Primavera en las inmediaciones del Zabala

Los versos que encabezan esta entrada (puras sensaciones "trail running" plasmadas hace más de cien años), de Enrique de Mesa, corresponden al prólogo de su guía "Excursiones al Guadarrama" (Madrid,1911) dedicada a la zona de Peñalara y el Valle del Lozoya.



El Zabala nocturno. Magnífica foto de Farero (f4, ISO 800, 16 s), diciembre 2013

miércoles, 19 de febrero de 2014

Libre te quiero (Agustín García Calvo)







Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.

Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.

Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.

Alta te quiero,
como chopo que al cielo
se despereza.
Pero no mía.

Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.


Agustín García Calvo
(Canciones y soliloquios, 1976)



Camino de Guadarrama (Leopoldo Panero)





Camino de Guadarrama
nieve fina de febrero, 
y a la orilla de la tarde 
el pino verde en el viento. 
¡Nieve delgada del monte, 
rodada en los ventisqueros; 
mi amiga, mi dulce amiga, 
te ve con sus ojos negros! 
Te ve con sus ojos claros; 
te ve como yo te veo, 
camino del Guadarrama, 
siempre tan cerca y tan lejos. 
Camino del Guadarrama, 
la flor azul del romero 
y en la penumbra del bosque 
las aguas claras corriendo. 
¡Las aguas claras un día 
se volvieron turbias luego, 
y el viento cortó los tallos 
silenciosos del recuerdo! 
Camino del Guadarrama, 
camino largo del sueño, 
entre el frescor de la nieve 
te busco, mas no te encuentro. 
El viento cortó los tallos 
de la esperanza en silencio, 
y van mis pies caminando 
sin encontrar el sendero. 
Camino del Guadarrama, 
la triste altura del cielo, 
y entre el rumor de las hojas 
la soledad en mi pecho. 
¡El viento cortó los tallos 
y brota tu aroma dentro! 
Camino del Guadarrama 
tengo esta pena que tengo. 

(Escrito a cada instante, 1949)


domingo, 16 de febrero de 2014

A Eduardo, montañero fallecido en Peñalara




Eduardo


El pasado fin de semana Eduardo del Blanco murió de hipotermia tras perderse a causa de la niebla y la ventisca durante una travesía por Peñalara que, al parecer, inició con su compañero escalando el canal de la Ceja, tras pasar toda la noche expuesto a unas condiciones meteorológicas muy rigurosas. Su acompañante, afortunadamente consiguió sobrevivir. Fueron rescatados en torno a las seis de la mañana en la zona de Dos Hermanas.

Canal de la Ceja  en primavera (en la zona central de la imagen)
y Hermana Mayor

Miembros del equipo de rescate del GERA: inmensa labor

Dos Hermanas, al fondo Peñalara



Dos Hermanas

Hemos seguido este triste suceso con el máximo interés: Peñalara es una zona de montaña por la que nos movemos habitualmente y conocíamos personalmente a cierta persona del entorno próximo de Eduardo.




Un día "amable" en Peñalara: zonas heladas.





La situación se complica

Dicen de él que era un montañero juicioso y con experiencia, lo cual ha de hacernos reflexionar acerca de la importancia de no bajar la guardia nunca, especialmente en los recorridos invernales. En la sierra de Guadarrama, a pesar encontrarse próxima a Madrid y Segovia, de ser accesible y  de no contar con cumbres de más de tres mil metros, hay lugares que reúnen todas las características de la alta montaña,  donde se dan cita  las circunstancias propias de estos entornos, con todo lo que ello conlleva. Lo que en verano es una agradable excursión, en invierno nos muestra un perfil bien distinto, semejante al que podemos encontrar en macizos montañosos de carácter más alpino. 

Desde aquí, este pequeño recuerdo para Eduardo.  Si de algo estamos seguros, es de que durante el tiempo que permaneció en las montañas, antes del fatídico sábado, disfrutó de la plenitud de la vida. Un abrazo para su familia y sus amigos.


Macizo de Peñalara


viernes, 14 de febrero de 2014

Canción 19 horas (Luis García Montero)




















¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
y quiero ser diciembre.

Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Yo quiero ser diciembre.

Dormir
en la noche sin vida,
en la vida sin sueños,
en los tranquilizados sueños que desembocan
al río del olvido.

Hay ciudades que son fotografías
nocturnas de ciudades.
Yo quiero ser diciembre.

Para vivir al norte de un amor sucedido,
bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
yo quiero ser diciembre.

Como el cadáver blanco de los ríos,
como los minerales del invierno,
yo quiero ser diciembre.

sábado, 8 de febrero de 2014

Fluir (Flow) - Mihaly Csikszentmihalyi





Durante varias décadas Mihaly Csikszentmihalyi,  (pronunciado de modo parecido a  "Cis-zen-mijáli"), profesor de Psicología de la Universidad de Chicago ha elaborado una completa teoría en torno a lo que podríamos denominar estados óptimos de la experiencia, que se producen en instantes de concentración intensa y activa, en los que la actividad que uno desarrolla centra toda la atención de modo absoluto, generando sentimientos de intensa plenitud.




 El eje de la experiencia óptima es un peculiar "estado de conciencia" que el autor denomina flow (fluir), el cual puede ser provocado y controlado a voluntad, pudiéndolo circunscribir cada individuo a sus particulares intereses o habilidades,  siendo posible experimentarlo en el curso de las más diversas actividades, prácticamente en cualquier ámbito, no necesariamente en el campo deportivo, artístico o intelectual, aunque estos representen claros ejemplos de flujo.








En las circunstancias descritas, acontecen entre otros y a modo de ejemplo: un radical abandono de   la   autoconciencia, la persona se siente fuerte, con control, rindiendo al máximo... Muy intensa resulta la impresión de que el tiempo desaparece y con él los conflictos emocionales, aspecto este de gran importancia, puesto que, en gran medida, los trastornos psicológicos que aquejan a tantas personas en  la sociedad occidental encuentran su prioridad causal en la hiperreflexividad, con lo cual podríamos afirmar que  el flujo se constituye un importante aliado en la  prevención y superación de estos desórdenes.


El flujo transforma la personalidad, haciéndola más rica y compleja

Flujo como proceso dinámico

Es importante puntualizar que el desarrollo de actividades generadoras de flujo no presupone ser un experto en ellas o alcanzar un dominio absoluto de las mismas, o superar a otros en su desempeño, aunque el flujo también puede provenir de estas cualidades o conducir a ellas. Es decir, lo fundamental es  que todos podemos fluir, y que el flujo no es una situación estática, sino un proyecto dinámico.


Fluyendo por el bosque invernal, como la niebla.