lunes, 13 de julio de 2015

Gestión de las expectativas


La rutina, no es lo que se hace a diario, es lo que de vivir se olvida.

 (Chema Jiménez, "Bien ¿Y tú?")









Casi todos lo denominaban felicidad,  término que rechazaba rotundamente por considerarlo demasiado pomposo, estático y grandilocuente, siempre etéreo e inconcreto,  y en consecuencia muy poco operativo.

Su conceptualización  era más tangible y funcional, sin por ello resultar carente de emoción. Se circunscribía, en esencia, a  la adecuada gestión de las expectativas, a la utilización, para entretejer los proyectos vitales, de todos aquellos materiales básicos cuyo aporte fuera conveniente en cada circunstancia.


Acogerse a este constructo soslayaba peligrosos escollos, y abría ante su mirada inquieta y curiosa una amplia y multicolor paleta que se intuía plena de posibilidades verosímiles…

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