domingo, 22 de junio de 2014

La lección de Quevedo



Versos clásicos que destilan clarividencia teñida de estoicismo, ciertos guiños existencialistas... A muchos pueden resultarles amargos y tristes, oscuros, incluso deprimentes. A mí me interesa más una lectura positiva; la que nos invita a una vida sin obsesiones estériles, evitando así quedar varados  en cuestiones secundarias que agoten nuestra energía y nos alejen de lo esencial. Cultivar la lucidez precisa para intentar comprender de qué va esto, antes de que sea demasiado tarde... 


Asumir la filosofía implícita en estas pocas líneas, y actuar en consecuencia, constituiría una revolución vital para todos aquellos que por diversos motivos se mantienen ajenos a estas reflexiones... 







¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!



¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.




Prevención para la vida y para la muerte

Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo
poco de la Fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.

Ya su familia reformó el deseo
no palidez al susto, o risa al gozo
le debe de mi edad el postrer trozo,
ni anhelar a la Parca su rodeo.

Sólo ya el no querer es lo que quiero;
prendas de la alma son las prendas mías;
cobre el puesto la muerte, y el dinero.

A las promesas miro como a espías;
morir al paso de la edad espero:
pues me trujeron, llévenme los días.




Vivir es caminar breve jornada


Vivir es caminar breve jornada,
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada.

Nada que, siendo, es poco, y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida;
pues de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra animada.

Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega
tropezará en el mismo monumento.

Como el que, divertido, el mar navega,
y, sin moverse, vuela con el viento,
y antes que piense en acercarse llega.




Mi agradecimiento a Mar por cederme su dibujo del reloj de arena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tú cómo lo ves?