[...]
Naciente sol en los neveros fulge;
son á su luz las torrenteras, fuego;
en el reir de los regatos locos
canta la vida. [...]
Entre los robles, temerosos huyen
potros salvajes; las hirsutas crines
flotan al aire, y en el aire vibra
fiero relincho. [...]
Luego, callada soledad, aromas,
tomillo en flor en las laderas agrias;
matas de brezo entre peñascos grises;
sed y fatiga. [...]
Bronco torrente entre los canchos muge,
los pinos muertos rebramando salta;
los piornales de la abrupta orilla
besa su espuma.[...]
Enrique de Mesa (1911)
(*) "á" y "reir" con esta ortografía en el original.
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