sábado, 1 de noviembre de 2014

Cruce de caminos



No hi ha present, 
tots els camins són records o preguntes.

Miquel Martí y Pol (del poema "De mi en sé poca cosa...")





Inspiró con lentitud,  profundamente, tomándose su tiempo. Los ojos cerrados, la atención reconcentrada, los sentidos alerta.

En la penumbra la acompañaba una melodía familiar, un tanto plana y pálida debido a la mínima reverberación que imprimía el recinto al sonido.

Entreabrió los labios, el aire leve abandonaba su cuerpo. Sin solución de continuidad, tuvo la impresión de que una suave y agradable corriente eléctrica recorría la superficie de su piel, apenas un breve cosquilleo que le erizó el vello.

Dirigió la mirada hacia la zona acristalada y realizó la seña convenida. Tras la mampara, una figura en cuyo rostro se reflejaban tenues resplandores intermitentes, alzó el puño cerrado, desplegó un dedo, y después otro, componiendo una especie de uve.

La música cesó súbitamente; el piloto se iluminó. Visualizó, fugaz en su imaginación, el instante de lanzarse al vacío en paracaídas desde la Cessna Skyline del club.

Escuchó su propia voz, con extrañeza, casi con sorpresa, como si le fuera ajena:

- Bienvenidos a "Cruce de caminos"...

Sus músculos se destensaron. Sintió su respiración acompasada despejando el camino a la comunicación fluida.

Tiempo evanescente,  palabras lanzadas al aire, presencias intuidas, la seducción de la madrugada, de nuevo...
















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