domingo, 1 de diciembre de 2013

Ya es sábado... A la sierra


Ayer realizamos la habitual salida de los sábados. Madrugamos bastante, incluso más que durante la semana laboral. Esto es algo que muchas de las personas que conocemos no alcanzan a comprender, a veces, tratamos de explicarlo, con escaso éxito. Nuestra experiencia cuando realizamos las actividades que nos gustan, es inimaginable para la mayoría de los que viven al margen de este mundillo. Salir, correr, andar, respirar, el frío, el calor, el “sufrimiento”, el bienestar, ya no son elementos ajenos, en realidad somos nosotros mismos, que  no nos entenderíamos sin estos rasgos,  constituyen nuestra personalidad,   nuestra vida...

           


Tras el desayuno ritual, nos dirigimos al comienzo de nuestro recorrido, elegimos efectuar  uno de nuestros clásicos pero variando el sentido de la marcha y combinando varios de sus tramos de modo diferente al más frecuente. No sentimos demasiado frío, aunque estamos algún grado bajo cero (-5,5 ºC marcaba el coche a las 7,30 h.).

 



Poco a poco se ha ido levantando un viento frío y a rachas fuerte que nos llega desde las cumbres, afortunadamente estamos en una zona arbolada, abrigada, que nos aporta cierta protección. Entre tanto el cielo se ha ido cubriendo.

 Cuando culminamos la subida, paramos para abrigarnos e hidratarnos con el termo de té verde antes de iniciar el descenso, en el cual ya, con el pulso calmado, podemos charlar, filosofar, compartir la alegría de tener nuevamente las baterías cargadas, esbozar futuros planes...


Le dedicamos al asunto casi cuatro horas, a buen ritmo, sostenido pero no extenuante, aproximadamente 900 metros de desnivel positivo y unos 15 km.



Dejamos los trastos en el coche, nos ponemos cómodos, y directos a disfrutar de un reconfortante cocido regado por un Ribera del Duero, junto a la chimenea,   reconfortados por su calor. Nuestra actividad no está reñida, según la concebimos nosotros, con los placeres gastronómicos, de hecho ambos se potencian.


Hoy volvemos pronto a casa… A pesar de nuestra "locura" hay compromisos sociales que cumplimos… 

Ahora, tras la mañana que hemos disfrutado, ya tememos la jornada más que justificada.






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