jueves, 4 de septiembre de 2014

Sinestesias









Nuestro veterano músico, con su Fender Stratocaster bajo el brazo, sube una vez más al escenario. Se dirige con parsimonia hacia el amplificador, conecta la clavija y equilibra los mandos que regulan los diferentes parámetros.

Incondicional de la calidez que aportan las válvulas(1), le gusta imaginar cómo las notas fluyen directas a través del cable, sin efectos extraños que enmascaren el sonido.



Nuestro veterano músico, siempre sigue un preciso ritual. Fiel a su sello personal, cuida que los ajustes de ecualización (2) se ciñan a los rangos adecuados, que los acordes tengan la cadencia precisa, consciente de que la ejecución minuciosa y virtuosa de una pieza es la garantía del resultado que él y su público desean.

Nuestro veterano músico no necesita ensayar, conoce perfectamente todas sus melodías, mil veces recreadas.


Cuando termina la actuación, le digo:

-        Hoy has sonado, si cabe, mejor.

Él, lacónico, no está de acuerdo con mi apreciación:

 - Como siempre; siempre es igual.



Nuestro verdadero protagonista, no es músico, pero sus composiciones, plenas de aromas y de ingredientes multicolor, inundan nuestros sentidos con armonías propias de la música y nos alegran la vida cada vez que interpreta sus clásicos para nosotros.

(A Fructuoso)



(1) Al igual que muchos aparatos de la época, la electrónica de los primeros amplificadores para guitarra eléctrica estaba basada en las válvulas. A finales de los sesenta surgieron los amplificadores de transistores que paliaban muchos de los problemas de los de válvulas: peso, temperatura alta de funcionamiento óptimo, mantenimiento, etc. A pesar de ello, numerosos guitarristas prefirieron volver a los viejos equipos. Según los técnicos, las válvulas tienen un funcionamiento no lineal, de algún modo imperfecto pero que paradójicamente colorean el sonido de modo que, globalmente, resultaría más agradable, más cálido, más definido, con mayor calidad tanto limpio como cuando se le aplica distorsión, con mayor carácter...

(2) Ecualizador: dispositivo que altera la respuesta de un sonido aumentando o atenuando ciertas frecuencias del mismo.




















3 comentarios:

  1. Yo diria que sinestesias (magníficas), más que metáforas. En el DIEC2, en la entrada "sinestèsia", en una de sus acepciones, la define como "experiència sensorial de certs individus consistent en l’associació de diversos sentits mitjançant la qual la percepció en un sector sensorial és acompanyada, per correspondència o ressonància, de percepcions en un altre o uns altres". Creo que se ajusta perfectamente a esta composición de sabores, fragancias y colores, donde, quizás, añorases el sonido. Añadistes las notas, entonces, mediante tus auriculares. I la composición se enriquecía. Se enriquece infinitamente más, ahora, con tu reflexión, "si cabe" más bella que la creación que nos llegó antes por los sentidos.

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  2. Conocía la sinestesia en su acepción psicológica. A raíz de tu acertado comentario he indagado en la sinestesia como figura retórica y creo que tienes toda la razón, se ajusta perfectamente al contenido del texto. Procedo a rectificar el título. Gracias por tu interés.

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  3. Me ha gustado en especial esta entrada... además la leía mientras escuchaba al gran Joe Bonamassa, acariciando su Les Paul en el Beacon Theatre.

    Gracias por comentar en Caminos & Caños, así te he conocido.

    Un saludo

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